¿Qué son los Tumores Cerebrales?
Los tumores cerebrales son masas o procesos expansivos que crecen en el cerebro, pueden ser primarios (es decir originarse de los tejidos propios del cerebro como neuronas, meninges, glía) o secundarios (provenir originalmente de cánceres de otras partes del cuerpo), son poco frecuentes comparados con tumores de otros órganos y pueden clasificarse como tumores cerebrales benignos o malignos. Dado que nuestro cerebro es importante para nuestro buen funcionamiento, es importante diagnosticar los tumores cerebrales a tiempo, antes que generen mayores secuelas.
¿Cáncer en el cerebro?
Un cáncer es un tumor maligno, en el cerebro el término Cáncer no es ampliamente utilizado porque, a diferencia de otras regiones, el cerebro y sus tumores no suelen dar metástasis o localizaciones en otros órganos y la malignidad de los tumores agresivos del cerebro es dada principalmente por su ubicación, capacidad de crecer y de invadir zonas vecinas del cerebro y de volver a aparecer aunque hayan sido tratados.
Es por esto que los tumores del sistema nervioso central se clasifican según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en grado 1 al 4 y se consideran malignos los grados 3 y 4.
¿Qué puede causar un tumor cerebral?
La causa de estos tumores en la mayoría de los casos no es conocida, pueden tener relación con enfermedades genéticas familiares como la Neurofibromatosis o el Síndrome de Von Hippel Lindau, pero esto es poco común. Los golpes (TEC) o el estrés, por ejemplo, no tienen relación, aunque popularmente algunas personas lo crean. La mayoría son casos de mutaciones genéticas esporádicas cuya causa no se identifica.
En cuanto los tumores primarios del sistema nervioso, los más importantes son:
Gliomas: Entre los tumores cerebrales más frecuentes se encuentran los gliomas, que se originan en la glía, que son las células que sirven de sostén de las neuronas. La característica principal de los gliomas es que no crecen como un nódulo bien definido, sino que se infiltran en el tejido sano, siguiendo el camino de los axones de las neuronas. Como consecuencia pueden comprimir, inflamar, dañar o incluso eliminar a las neuronas de esa ubicación. Los gliomas se clasifican en grados de 1 a 4 de la OMS, siendo el cuarto (llamado Glioblastoma) el más agresivo y expansivo, así como el más común. Su frecuencia y tipo varía con la edad: El grado 1 se presenta en niños; el 2, en adultos jóvenes; el 3, en personas entre 40 y 50 años; y el 4, en adultos mayores. Pueden manifestarse por aumento de presión o hipertensión del cerebro, que provoca dolor de cabeza, vómitos y compromiso de conciencia. La combinación de estos tres síntomas podría considerarse como una alarma grave. El procedimiento común para tratar un glioma es la cirugía, pero es casi imposible removerlo completo, dada su capacidad de infiltración, por tanto, su tratamiento se completa con radioterapia e incluso radioquimioterapia en muchos casos.
Meningiomas: Ocupan el segundo lugar en frecuencia entre los tumores cerebrales. Se trata de tumores que se desarrollan en la cubierta membranosa del cerebro, y a medida que crecen, comprimen el área del cerebro que está debajo de ellos, pudiendo lesionar las zonas motora, sensitiva, visual o lingüística, entre otras. También pueden hacer que el hueso vecino se haga más grueso. Se clasifican según grados de la OMS: El grado 1 es benigno, el 2 es atípico, y el 3 maligno. El que tiene mayor incidencia es el grado 1, y es más común en las mujeres de mayor edad. Los meningiomas se pueden resecar con cirugía, otras terapias pueden ser la radioterapia fraccionada o radiocirugía. La quimioterapia no es una terapia de elección en esta enfermedad.
Schwannomas: Son tumores cerebrales de baja frecuencia, y afectan las vainas nerviosas. Suelen presentarse en personas adultas. Se pueden detectar según el nervio que afectan: Por ejemplo, los schwannomas del nervio auditivo provocan sordera y pérdida del equilibrio, mientras que los schwannomas del nervio facial ocasionan parálisis de la cara. En su mayoría son benignos. Su tratamiento puede ser : cirugía, radioterapia o radiocirugía.
Adenomas hipofisarios: Son tumores benignos de la glándula hipófisis. Si miden menos de un centímetro se denominan microadenomas, caso contrario, se llaman macroadenomas. Dado que la hipófisis controla las hormonas de testículos, ovarios, tiroides, el crecimiento, entre otros, una glándula hipófisis con adenoma puede dejar de secretar alguna de estas hormonas y ser ésta la señal que lleva a un paciente a consultar. Este tumor en otros casos puede ser secretor, es decir sobresecretar alguna de éstas hormonas. Un síntoma frecuente de este tumor es la pérdida de los campos laterales de la visión, pues la glándula hipófisis se encuentra debajo del quiasma óptico. El adenoma hipofisario se trata con cirugía, radioterapia o radiocirugía.
En cuanto a los tumores secundarios, ya mencionamos que provienen de células cancerígenas que han hecho metástasis desde otros órganos del cuerpo. Los tumores secundarios se clasifican en conocidos, cuando se sabe dónde está localizado el cáncer desde el cual proviene; y desconocido cuando aparece en el cerebro, sin que se sepa su origen. El cáncer de mama, pulmón y melanoma pueden, con mayor frecuencia, hacer metástasis en el cerebro. Existen básicamente dos maneras de abordar los tumores secundarios: la radioterapia en todo el cerebro o la radiocirugía en casos particulares. La cirugía puede ser una opción cuando se requiera verificación histológica.
Dra. María Loreto Yáñez
Radioterapia- Neurocirugía
Clínica IRAM