Cáncer de Pulmón
Tumores benignos y malignos
El 90% de las personas que padecen esta enfermedad son fumadoras
El hábito de fumar tabaco es la causa principal en el 90% de los casos de cáncer de pulmón, tanto en varones como en mujeres. Décadas atrás, este tipo de tumor era mucho menos frecuente en las mujeres y, cuando aparecía, era más probable que no estuviese relacionado con el tabaco. Estas diferencias van desapareciendo rápidamente, lo que refleja la incorporación femenina al tabaquismo en los años previos.
Otra parte de este tipo de cáncer se debe a sustancias inhaladas y que se encuentran en el lugar del trabajo; un fenómeno relacionado con el 10%-15% de cáncer de pulmón en los varones y el 5% en las mujeres. Las más importantes de estas sustancias son los asbestos, como los que se emplean en las fábricas de amiantos.
El cáncer de pulmón también puede estar causado por radiaciones recibidas en el tórax, como los tratamientos con radioterapia empleados para tratar el cáncer de mama y los linfomas. El intervalo entre la exposición a las radiaciones y la aparición del cáncer suele ser muy largo, en torno a los 20 años. El mayor riesgo lo sufren las personas que se trataron hace muchos años, con aparatos antiguos, y fumaron durante los años siguientes. El riesgo con los equipos modernos de radioterapia es muy bajo.
Los factores hereditarios apenas tienen relación con el cáncer de pulmón.
La nicotina potencia el efecto cancerígeno de las otras sustancias procedentes del humo del tabaco y los efectos de los carcinógenos en el medio ambiente. La nicotina actúa sobre el mecanismo de apoptosis, o muerte celular, impidiendo que las células se suiciden. Cuando se trata de células cancerígenas hace lo mismo con lo cual provoca o estimula la formación de cáncer.
Además del tabaco, existen otras sustancias, mencionadas anteriormente, que se detallan ahora:
Asbesto: las personas que trabajan con asbesto tienen siete veces más posibilidades de sufrir cáncer que las que no mantienen contacto con esta sustancia. Estas personas sufren un tipo de cáncer denominado mesotelioma, que se da en la pleura. En los últimos años, los gobiernos han prohibido que se emplee este material para los productos comerciales e industriales. Si se combina la exposición a asbesto con el hábito de fumar, se aumentan las probabilidades de sufrir cáncer de 50 a 90 veces.
Agentes causantes de cáncer en el trabajo: un grupo de riesgo laboral son los mineros. Éstos trabajan con materiales que al ser inhalados puede dañar sus pulmones. Tales sustancias son minerales radiactivos como el uranio, y los trabajadores expuestos a productos químicos tales como el arsénico, el cloruro de vinilo, los cromatos de níquel, los productos derivados del carbón, el gas de mostaza y los éteres clorometílicos. Las personas que trabajan en estas condiciones deben tener mucho cuidado de evitar la exposición a dichos agentes.
Otro tipo de factores serían aquellos que han producido algún daño en el pulmón y que predisponen a padecer un cáncer, como haber sufrido tuberculosis, silicosis o berilosis (enfermedades, estas dos últimas, causadas por inhalación de ciertos minerales).
Otro motivo que favorece el crecimiento de células cancerígenas sería el exceso o déficit de vitamina A.
Observando los factores de riesgo parece fácil la prevención de esta enfermedad. El no fumar o el dejar de hacerlo, es la medida más eficaz en la prevención de este cáncer.
El cáncer de pulmón se clasifica por el tipo de célula que produce el tumor. El 90% de ellos son de células pequeñas o de células no pequeñas. El 10% restante está compuesto por clases muy infrecuentes, como la mixta, los carcinoides o los tumores neuroendocrinos.
Por otro lado, el pulmón es un lugar muy frecuente para la aparición de metástasis. Pero éstas no son verdaderos tumores de pulmón, sino siembras de cánceres de otros órganos, como la mama o el intestino.
Cáncer de pulmón de células pequeñas (microcítico)
Recibe este nombre por el tamaño de las células vistas a microscopio. Se relaciona casi invariablemente con el hábito de fumar y se estima que alrededor del 20% de todos los cánceres son de células pequeñas. Éstas se multiplican rápidamente y se pueden formar grandes tumores; además su capacidad de extenderse a otros órganos es mayor. El de células pequeñas es, casi siempre, un tumor muy agresivo.
Las metástasis suelen afectar a los siguientes órganos: ganglios linfáticos, huesos, cerebro, glándulas suprarrenales e hígado. El tumor primario generalmente se origina cerca de los bronquios y se expande hacia el centro de los pulmones.
Cáncer de pulmón de células no pequeñas
Este tipo de cáncer representa casi el 80% del total de los cánceres de pulmón. Se extiende más lentamente que el de células pequeñas y, ocasionalmente, puede aparecer en personas que no fuman.
Hay algunas variedades de cáncer no-microcítico de pulmón. Las dos más comunes son el carcinoma escamoso o epidermoide y el adenocarcinoma. El primero es el más común y, como el microcítico, suele nacer de la profundidad del pulmón, en el centro del pecho. El adenocarcinoma es más raro y suele ser la clase de tumor pulmonar que padecen las personas no fumadoras. Tiende a nacer de las partes más periféricas del pulmón, cerca de la pared del tórax.
Los cánceres de pulmón no microcíticos se clasifican en varias etapas o fases siguiendo un sistema bastante complejo conocido por las siglas TNM. La estadificación del tumor es muy importante porque permite, en primer lugar, distinguir a los pacientes curables de los que no lo son y, en segundo, calcular la probabilidad de curarse.
La T hace referencia al tamaño del tumor. Se clasifica entre T1 y T4, según el tumor sea más voluminoso o afecte estructuras cercanas importantes como los bronquios principales, las arterias o el propio corazón.
La N indica si están o no afectados los ganglios linfáticos cercanos. N0 significa que no lo están. La afectación de los ganglios es un factor pronóstico muy importante que se gradúa de N1 a N3. En particular es vital conocer si están o no invadidos los ganglios más centrales del tórax, una región conocida como mediastino. Por regla general, la afectación del mediastino significa que el tumor es inoperable.
La M indica si no hay metástasis (M0) o, por el contrario, si el cáncer ya se ha ramificado a órganos lejanos (M1)
Etapas del cáncer del pulmón de células pequeñas
La clasificación de los tumores microcíticos de pulmón es mucho más simple. En este tipo de cáncer se habla de etapa limitada y de etapa extensa.
- La etapa limitada significa que el tumor se encuentra limitado en el hemitórax de origen, el mediastino y los ganglios supraclaviculares. Esto sería un campo tolerable para el empleo de radioterapia.
- La etapa extendida es aquella en la que el cáncer está demasiado diseminado para ser incluido dentro de la definición de etapa limitada, es decir, el cáncer se ha extendido al otro pulmón, a los ganglios linfáticos del otro pecho, a órganos distantes, etc. Los pacientes que tienen una etapa limitada del cáncer podrán ser tratados eficazmente con radioterapia. En los que tienen una etapa extensa, no es tan aplicable la radioterapia.
El cáncer de pulmón representa el 13,4% de los nuevos casos de cáncer y es el motivo más frecuente de mortalidad por cáncer, es el tipo más frecuente en el mundo desarrollado. En España el cáncer de pulmón es la causa de la muerte del 8,3% de los españoles (1 de cada 12 hombres fallece por un cáncer de pulmón en España) y del 1,3% de las mujeres. Mueren más personas a causa del cáncer de pulmón que de cáncer de mama, de colon y de próstata juntos. Concretamente en nuestro país se diagnostican 19.000 nuevos casos de cáncer de pulmón al año.
El número de hombres que mueren a causa de este cáncer está disminuyendo en Norteamérica debido a que hay un mayor número que dejan de fumar. En la mujer norteamericana ha crecido la mortalidad desde 1950, por este tipo de cáncer, un 550%. Esta proporción es menor en España porque la mujer empezó más tardíamente a fumar de forma general.
En el Reino Unido como en EE.UU., el cáncer de pulmón causa mayor número de muertes que el cáncer de mama desde el año 1987. En Norteamérica muere cada año 150.000 mujeres por enfermedades relacionadas con el tabaco, de éstas 41.000, mueren por cáncer de pulmón y 10.000, por otros cánceres. En este año habrá alrededor de 169.000 nuevos casos de muertes por cáncer de pulmón.
La tasa de supervivencia a un año (tiempo durante el cual no hay enfermedad), en 1995, es de un 41%. Este porcentaje disminuye a un 14%, si se habla de supervivencia a cinco años. Esta tasa aumenta a un 42% si el cáncer se detecta a tiempo.
El 90% de las personas que padecen esta enfermedad son fumadoras, y aunque sólo el 5-10% de los fumadores padece cáncer, sus probabilidades de desarrollar la enfermedad son quince veces mayores que en los no fumadores.
Los síntomas del cáncer de pulmón no suelen aparecer en los primeros estadios sino que surgen cuando ya se ha extendido demasiado como para aumentar las probabilidades de curación. De hecho, desde que se produce la primera célula maligna hasta que una persona consulta por primera vez al médico ante los síntomas de la enfermedad pueden pasar muchos años.
Entre los síntomas más frecuentes están:
- Tos insistente.
- Dolor en el pecho que aumenta al respirar.
- Pérdida de peso y apetito.
- Falta de aliento.
- Respiración jadeante o con silbido.
- Esputos con sangre o coloración rojiza (flemas).
El tratamiento para estos pacientes consistirá en una combinación de varias técnicas que son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Cada una de ellas será más eficaz que el resto según sea el tipo de cáncer y la etapa en la que se encuentre. De hecho, el tratamiento depende de cuatro circunstancias: del tipo y el grado de diseminación del tumor, del estado de salud del paciente y del estado funcional de los diversos sistemas del organismo (corazón, hígado, riñón, neurológico etc.)
La cirugía es la modalidad de tratamiento con más probabilidades de resultar curativa, por lo tanto, se recurre a ella siempre que la totalidad del cáncer se pueda extirpar y el estado respiratorio del paciente tolere la eliminación de la porción de pulmón que es necesario extirpar.
Los cánceres microcíticos de pulmón rarísima vez se operan, puesto que casi siempre se diagnostican en fase extensa, cuando sólo la limitada es operable. Aproximadamente, la mitad de cánceres no microcíticos de pulmón se pueden extirpar dada su extensión. Para ello es esencial que no existan metástasis y que los ganglios de la zona central del pecho (mediastino) estén libres de tumor, así como que el tumor no haya invadido estructuras inextirpables como la traquea, la arteria aorta o las pleuras.
Se puede extirpar sólo una pequeña porción de pulmón, si está muy localizado el tumor, que se denominará resección en cuña o segmentectomía.
Si se extirpa un lóbulo del pulmón, se llamará lobectomía.
Si se quita todo el pulmón, se habla de neumonectomía.
El paciente tras la operación estará ingresado durante una o dos semanas. Algunos necesitarán fisioterapia respiratoria para recuperar pronto su capacidad pulmonar habitual.
Tras este período regresará a su casa con algunas limitaciones impuestas.
Entre las posibles complicaciones de la intervención están las hemorragias, la infección de las heridas y las neumonías.
La radioterapia emplea radiaciones X de alta energía para destruir las células cancerosas. Se utiliza un aparato llamado acelerador lineal que envía los rayos sólo a la zona afectada.
Este tratamiento se utiliza, a veces, como primario o principal en aquellos pacientes que no pueden someterse a una cirugía. En este caso, no se pretende curar sino retardar la evolución de la enfermedad, aunque algunos casos excepcionales se llegan a curar sin operación, sólo con la radioterapia.
La radioterapia en el pulmón se suele emplear para aliviar una obstrucción de las vías respiratorias principales debido al cáncer.
Cuando se emplea la radioterapia como tratamiento secundario, tras la cirugía, se utiliza sobre todo para destruir aquellas células que no se hayan podido extirpar
Otra utilidad para la que se emplea la radioterapia es para aliviar los síntomas que provoca el cáncer, como son el dolor, la dificultad para tragar, etc.
La quimioterapia es la primera opción de tratamiento en la mayoría de casos de cáncer de células pequeñas. Es capaz de controlar fácilmente los síntomas, que suelen ser muy acusados en esta clase de cáncer. Sin embargo, las curaciones son excepcionales y la mayoría de los casos recaen pasados uno o dos años.
No todos los enfermos podrán ser intervenidos quirúrgicamente pues dependerá de si tienen suficiente capacidad respiratoria como para soportar una escisión de parte o de la totalidad del pulmón y de cómo sea su estado general.
En el cáncer de pulmón, suele emplearse una combinación de medicamentos quimioterápicos. Algunos de estos fármacos pueden administrarse por boca o por vena. Cuando llegan al torrente sanguíneo, estos medicamentos se expanden por todo el organismo y actúan contra las células cancerosas, destruyéndolas. Por este motivo, es muy útil en aquellos cánceres que se han extendido a otras áreas.
La quimioterapia puede administrarse como tratamiento principal o como terapia de ayuda a la cirugía. En muchas ocasiones, la quimio se administra antes de la cirugía, con la intención de reducir el volumen del tumor y allanar el camino al cirujano. Incluso a veces, algunos cánceres de pulmón inoperables se convierten en operables tras algunos meses de quimioterapia. También es posible recibir quimioterapia después de la cirugía, incluso cuando todo el tumor se ha extirpado con éxito. La razón es que con esta estrategia se evita un porcentaje de recaídas y acaban curándose más pacientes a largo plazo. Se conoce a esta clase de tratamiento oncológico como quimioterapia adyuvante.
La elección del tratamiento de primera o segunda línea depende del tipo de cáncer, y varía entre el cáncer de células no pequeñas,o bien de células pequeñas.
Los efectos secundarios más frecuentes que se presentan como consecuencia del empleo de quimioterápicos son: náusea y vómito, pérdida del apetito, pérdida del cabello y llagas en la boca. Junto a los medicamentos quimioterápicos, se emplean otros que disminuyen o hacen desaparecer los efectos secundarios de los primeros.