Cáncer de Colon
Tejido Intestinal
El colon y el recto forman parte del sistema digestivo.
Las causas exactas del cáncer colo-rectal no son conocidas, aunque muchos estudios han mostrado que existen una serie de factores que incrementan el riesgo de padecer esta enfermedad:
- Edad: este tipo de cáncer suele ser más frecuente entre aquellas personas que rondan los cincuenta años o con más edad. Aunque esto no significa que no pueda darse en personas jóvenes.
- Predisposición genética: historial personal o familiar de pólipos o de cáncer de colon. Los pólipos son tumores benignos en las paredes internas del colon y del recto. Existe una condición llamada poliposis familiar que consiste en la formación de cientos de pólipos en el colon y recto. Si no son tratados, pueden conducir a un cáncer. Alrededor del 10% de los casos de cáncer colo-rectal se deben a mutaciones genéticas hereditarias.
- Enfermedades inflamatorias intestinales previas: los enfermos con colitis ulcerosa con una evolución de 7-10 años presentan un riesgo aumentado de cáncer colo-rectal. También los pacientes con enfermedad de Crohn tienen un riesgo 20 veces mayor de generar un cáncer colo-rectal.
- Historia personal de otro tipo de cánceres: en aquellas mujeres que hayan padecido un cáncer de útero, ovario o mama, están aumentadas las posibilidades de sufrir cáncer de colon.
- Hábito de vida sedentaria: llevar una vida sedentaria se ha comprobado en numerosos estudios que favorece la aparición del cáncer.
- Dietas con poca fibra, frutas y verduras y demasiadas grasas son perjudiciales. Los carotenoides, sustancias que se encuentran principalmente en frutas, verduras y hortalizas, tienen muchas funciones beneficiosas como la lucha contra la formación de estos tumores y el refuerzo del sistema inmune.
- Consumo de tabaco: las personas que fuman 20 cigarrillos al día tienen en doble de posibilidades de desarrollar el cáncer de colon.¿Puede prevenirse este cáncer?Al no conocerse realmente la causa específica de este cáncer, no puede prevenirse aunque sí se puede actuar eficazmente con un diagnóstico temprano.Se pueden detectar pólipos en sus primeras etapas y extirparlos para evitar la posible formación de células cancerosas.Las personas pueden disminuir o variar aquellos factores de riesgo que puedan cambiar como los siguientes:
- Mantener una actividad diaria moderada ayuda a disminuir la probabilidad de tener cáncer.
- Tomar una dieta con bajo contenido en grasas, rica en verduras y frutas previene la formación y crecimiento de este cáncer.
- Dejar de fumar. El tabaco influye en la formación de muchos tipos de cáncer. En el de colon, los hombres fumadores tienen un 34% más posibilidades de padecerlo, y las mujeres fumadoras un 43%.
- Beber alcohol moderadamente.En cuanto a los factores genéticos predisponentes, lo que pueden hacer las personas que los tengan es acudir frecuentemente a revisiones. Su médico les podrá dar toda la información que necesiten y las posibles vías de diagnóstico que pueden elegir.Se han realizado varios estudios epidemiológicos en donde se ha observado que aquellas personas que toman regularmente aspirina y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINES), tienen un riesgo entre un 40% y un 50% menor de desarrollar cáncer colo-rectal y pólipos adenomatosos. Estos estudios no han demostrado completamente la relación de estos medicamentos con el cáncer, tampoco se ha determinado la dosis eficaz mínima, el mecanismo de acción o las poblaciones en las que proporcionaría un mayor beneficio.Otros estudios epidemiológicos indican que hay una asociación entre la terapia de reemplazo de estrógenos, para aquellas mujeres que han pasado la menopausia, con una reducción del riesgo de desarrollar un cáncer colo-rectal. Tampoco se han evaluado si este efecto compensa el riesgo que produce esta terapia de aumentar las posibilidades de sufrir cáncer uterino y de mama.Tanto los medicamentos antiinflamatorios como el calcio, se están estudiando para valorar su relación con este cáncer.
Cuando se produce sintomatología, el cáncer colo-rectal suele estar avanzado y las posibilidades de supervivencia son muy escasas. Por este motivo, es fundamental un diagnóstico precoz basado principalmente en la pérdida de sangre en heces.
Los pacientes pueden presentar alguno de estos síntomas:
- Cambio en los hábitos intestinales: diarrea, estreñimiento o estrechamiento de los excrementos. Se considera como norma que las diarreas son características de los casos de cáncer de ciego y colon ascendente. Mientras que el estreñimiento lo es de los localizados en descendente y sigma. La diarrea se produce por el proceso de irritación y el estreñimiento debido a que el tumor está estrechando la luz del intestino y no permite el paso de la materia fecal.
- Sensación de tener que evacuar que no se alivia al hacerlo.
- Sangrado rectal o en los excrementos.
- Debilidad, cansancio y disminución del apetito: estos síntomas se dan cuando el cáncer está muy avanzado.
- Masa tumoral: cuando el tumor está muy desarrollado puede detectarse la masa en una palpación.
- Dolor cólico: sensación de plenitud o molestia indefinida, a veces difusa y otras veces localizada. Cuando se produce un cuadro de obstrucción puede darse dolor debido al estrechamiento que se produce en el intestino. También el dolor se ocasiona debido a las infiltraciones peri-rectales de las estructuras nerviosas.
- Ictericia: coloración amarillenta de la piel y los ojos debido a una afectación hepática.
1) Hemoccult o sangre oculta en heces
Esta técnica puede dar lugar a falsos positivos si no se realiza correctamente.
La persona tendrá que seguir fielmente una dieta durante unos días antes de la recogida de una muestra.
En su dieta deberá evitar la ingesta de carnes o embutidos crudos durante dos días, así como vitamina C. Son aconsejables las verduras, frutas y cereales.
Se deberán recoger dos muestras de diferentes lugares de las heces, realizándose el test en tres días consecutivos.
Con esta prueba pueden detectarse un gran número de casos en estadios A y B, más del 84%. Esta prueba no se emplea como único método para el diagnóstico pues se requiere de la colonoscopia para realizar un diagnóstico final.
2) Tacto rectal
Exploración física que realiza el médico introduciendo un dedo en el ano para detectar anomalías.
Esta técnica se utiliza de manera complementaria pues como método de diagnóstico no es muy útil ya que la mayoría de los tumores están más allá de los 11cm.
3) Fibrocolonoscopia
Consiste en la introducción de un tubo hueco iluminado, delgado y flexible, de un dedo de grosor aproximadamente. Se utiliza para examinar el colon y también puede tomarse una muestra para realizar una biopsia o realizar una extirpación de los pólipos. Esta prueba se suele llevar a cabo con sedación del paciente, para disminuir las molestias.
El diagnóstico implica la confirmación del tumor y el estudio de la extensión de éste a otros órganos del cuerpo.
Las pruebas diagnósticas que se emplean son el enema opaco, la colonoscopia, la ecografía y la tomografía computerizada.
El enema opaco consiste en introducir una sustancia por el ano, generalmente sulfato de bario, hasta llenar la mitad del colon. El paciente se moverá para distribuir el bario por todo el colon. Después se introduce aire para expandir el colon. Con esto se consigue visualizar bien el colon al hacer una radiografía. Se verán defectos en los pliegues o contornos irregulares.
La fibrocolonoscopia permite ver de modo directo el interior del colon o recto y la lesión que hay en ellos. El colonoscopio se conecta a una cámara de video y a un monitor para que el médico pueda examinar el tubo digestivo. También se puede extirpar los pólipos o recoger material para una biopsia. Esta técnica es, hoy por hoy, el mejor método diagnóstico.
La ecografía utiliza ondas sonoras para crear una imagen. Es útil para descartar metástasis hepáticas o pélvicas. También para saber si hay invasión local o regional en el tumor de recto.
La tomografía computerizada consiste en una técnica de rayos X, que utiliza un haz giratorio, con la que se visualiza distintas áreas del cuerpo desde diferentes ángulos. Se utiliza para descartar metástasis en otros órganos.
Los datos de laboratorio que se estudiarán son los resultados de la técnica de sangre oculta en heces, la cifra de hematíes en sangre, la velocidad de sedimentación y las pruebas de función hepática. Estas cifras estarán alteradas de haber cáncer. Estos enfermos suelen presentar anemia debido a la pérdida continua de sangre por heces.
El tratamiento se basa principalmente en tres técnicas que son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia.
La cirugía
La cirugía es el único tratamiento con capacidad curativa en este cáncer. Con ella se consigue un 50% de supervivencia libre de enfermedad.
La técnica quirúrgica que se emplee dependerá de donde se encuentre localizado el tumor.
Cuando el tumor está localizado en el colon, la operación que se realiza generalmente es la resección segmentaria que consiste en la extirpación del tumor y un segmento de tejido normal a cada lado del cáncer.
Se suele extirpar un tercio del colon, y la cantidad de tejido variará en función del tamaño y la situación. Las secciones que quedan se vuelven a unir. Puede que, temporalmente, se tenga que realizar una colostomía.
La colostomía consiste en unir el colon a una salida artificial en la pared del abdomen. Se coloca una bolsa adhesiva en la piel que recogerá los excrementos.
Si el estadio del cáncer es muy bajo, puede extirparse a través de un colonoscopio. Con esta técnica se evita la incisión quirúrgica.
A través de una laparoscopia se pueden extraer segmentos de colon y ganglios linfáticos. Consiste en introducir un tubo largo e iluminado, con el que se observa el interior del abdomen, a través de una pequeña incisión. Este tubo tiene en su extremo final unos artilugios que sirven para cortar los tejidos.
Los tumores que son grandes suelen bloquear la salida de las heces, a esto se le denomina obstrucción intestinal. Cuando no se pueden extirpar estos tumores se tiene que realizar una colostomía para dar salida a los excrementos. En este caso la colostomía será permanente.
En cuanto al cáncer de recto, según sea el tramo afectado así se realizará una técnica u otra.
Cuando el tumor se encuentra por encima de los 7-8 cm desde el canal anal, cerca de la unión del recto y colon, se realizará una resección anterior baja. Con ella se extirpará la parte donde está el cáncer y se unirá el recto con el colon.
Si el tumor se encuentra localizado más cerca del ano, es necesario una resección abdominoperineal. Tras ésta, será necesaria una colostomía pues no se puede conseguir la unión del recto con el colon.
Cuando están afectados el recto y órganos cercanos, como la vejiga, próstata o útero, se realiza una exenteración pélvica que consiste en la extirpación de estos órganos. También es necesaria aquí la colostomía y, si se extirpa la vejiga, será preciso realizar una urostomía, que consiste en crear una salida en el abdomen para la orina.
Si existen metástasis, según sea el número y la localización de éstas, se podrá realizar una intervención para extirpar el tumor. La cirugía se realizará en aquellos pacientes que vayan a prolongar su tiempo de vida o aumentar su calidad.
Existen otros métodos para eliminar esos tumores que no requieren de una intervención quirúrgica. Entre otros están la congelación del tumor o la inyección de alcohol concentrado que los destruyen.
La quimioterapia
La quimioterapia consiste en la administración de medicamentos que destruyen o dañan las células cancerosas. Se utiliza en tumores de recto de alto riesgo de diseminación, en el estadio C de Dukes en adelante.
Existen varias vías de administración, pero las más frecuentes son la vía oral y la vía intravenosa.
No es necesaria la hospitalización para recibir este tratamiento, se puede hacer de forma ambulatoria. Esto dependerá del estado de la paciente y del tiempo de duración del tratamiento.
El tratamiento quimioterápico en el cáncer de colon se realiza como terapia adyuvante, es decir, sumada a la cirugía.
Gracias a los avances realizados en el tratamiento con quimioterapia llevados a cabo en las últimas décadas, el pronóstico y la supervivencia del cáncer de colon y recto ha aumentado considerablemente.
Estos avances consisten en el empleo de varios medicamentos combinados y no cada uno por separado.
La radioterapia
Consiste en el empleo de rayos de alta energía, como rayos X, para destruir o disminuir el número de células cancerosas. Es un tratamiento local.
Se desarrolla a lo largo de cinco días a la semana durante varias semanas (las que el oncólogo y el radiólogo hayan creído convenientes), y el paciente va de forma ambulatoria a la clínica o sala donde se realice la radioterapia; no tiene que estar ingresado para ello.
En sí, el tratamiento dura unos minutos. No es doloroso sino que es algo parecido a una radiografía sólo que la radiación es mayor y está concentrada en la zona afectada.
Los efectos secundarios de este tratamiento son ligera irritación de la piel, náuseas, diarrea, irritación rectal, irritación de vejiga o cansancio.
La radioterapia se utiliza principalmente en este tipo de cáncer cuando el tumor está unido a otro órgano o tejido de forma que impide su extirpación mediante cirugía.